La alimentación de los cerdos ibéricos
El jamón ibérico se distingue del resto de jamones por su textura, aroma y sabor. Un sabor delicado, entre salado y dulce, muy umami y con un aroma muy agradable, que abre el apetito. Este sabor tan exclusivo viene dado en gran medida por la alimentación que haya tenido el cerdo ibérico. Por eso te contamos que alimentación siguen los cerdos y como esto da lugar a las diferentes calidades de jamones ibéricos, desde el jamón pata negra hasta el jamón de cebo ibérico.
Diferente alimentación, diferente jamón ibérico
Cerdos ibéricos de bellota
El cerdo ibérico de bellota es aquel que desarrolla toda su crianza en la dehesa, el ecosistema natural derivado del bosque mediterráneo que solo se encuentra en la Península Ibérica, constituido por árboles del género Quercus, como la encina y el quejigo.
Este cerdo se alimenta a base de hierbas, flores y raíces durante todo el año, y de bellotas durante la época de la montanera. De estos cerdos surge el jamón de pata negra, concretamente de aquellos que tienen un 100% de raza ibérica.
Cerdos ibéricos de cebo de campo
Se denomina cerdo ibérico de cebo de campo al cerdo ibérico criado en régimen extensivo en la dehesa a base de pastos naturales y de piensos elaborados con piensos y leguminosas. La diferencia con los cerdos ibéricos de bellota es que los de cebo de campo no comen bellotas y tienen un porcentaje de raza ibérica inferior, de entre 50 y 75%. Del cerdo ibérico de cebo de campo surge el jamón de cebo de campo ibérico que puedes identificar por tener una etiqueta de color verde.
Cerdos ibéricos de cebo
El cerdo ibérico de cebo es aquel que se cría en régimen intensivo en granja y es alimentado a base de piensos con cereales y leguminosas. Tienen una raza ibérica de entre 50 y 75%. Con este cerdo se elaboran los jamones de cebo ibérico, que son los jamones ibéricos con un precio más bajo y puedes distinguir por que llevan una etiqueta blanca.
La montanera
Como puedes leer más ampliamente en nuestro artículo sobre la montanera, se llama así a la época del año que va entre noviembre y marzo, en la que los cerdos ibéricos se alimentan principalmente de las bellotas que se desprenden de las encinas, alcornoques y quejigos. En la dehesa el cerdo ibérico no solo se alimenta de forma natural, sino que cada día recorre grandes extensiones, lo que le hace estar en continuo ejercicio físico, haciendo que su carne sea más saludable.
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